Un invento suizo

Por Manlio E. Wydler (*)

Si bien, este invento de la producción de electricidad es algo antiguo, e incluso hoy hay equipos muy confiables en áreas remotas que los utilizan, este nuevo dispositivo, puede generar cosas muy interesantes en muchas ramas electrónicas especialmente, ahorrando dinero, aprovechando energía que antes se desaprovechaba.

El efecto termoeléctrico fue descubierto en la mitad del siglo XIX, por Thomas Seebeck. Dos varillas entrecruzadas, una de cobre y otra de hierro, que se calentaba en uno de sus extremos, producía una diferencia de potencial, que generaba una corriente de electrones. Rusia empleó termocuplas de antimonio y Zinc, durante la segunda guerra mundial para equipos de comunicaciones. Las cápsulas Apollo, utilizaron este principio para aprovechar el calor atómico (desintegración nuclear) y se siguen usando en varias sondas y rovers, actualmente.

El galardón 'swisselectric research 2009' ha recaído en el científico de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), Wulf Glatz, por desarrollar un generador termoeléctrico económico de nueva generación que convierte el calor en corriente eléctrica.

Como es capaz de funcionar a bajas temperaturas, el invento supone además una contribución sustancial para mejorar la eficacia energética.

La mayoría de los aparatos electrónicos emiten o despiden calor. Si esta energía térmica ya se recupera en los procesos industriales, todavía es muy poco explotada en las viviendas. Sin embargo, es posible reutilizarla especialmente gracias a la utilización de generadores termoeléctricos.


Posible pero a largo plazo


Los generadores termoeléctricos (TEG) convierten la energía térmica en energía eléctrica sin generar emisiones debido a las diferencias de temperatura entre una fuente de calor y la del ambiente. A pesar de la tremenda repercusión que ha tenido el invento, Wulf Glatz indica a swissinfo.ch que la aplicación del nuevo generador a la industria del móvil no será práctica hasta dentro de cinco o diez años. .

"Para que esto sea posible tiene que haber una diferencia de temperaturas de unos 30 grados entre la persona que tiene el móvil y el lugar donde se encuentra. Ahora quizá sería posible con alguien que viva en Groenlandia o en Islandia. Un factor importante es el lugar en el que se viva", comenta el científico de la EPFZ.

Wulf Glatz no esperaba recibir el galardón ni haber levantado tanta repercusión en la prensa y en cientos de páginas de Internet. El gerente de 'swisselectric research' Michael Paulus explica a swissinfo.ch que de los 12 proyectos que llegaron a la final, sólo quedaron cuatro. .

"Estos cuatro eran candidatos muy interesantes y el debate fue muy intenso para elegir al ganador del premio. Glatz y su equipo son muy inteligentes, aunque hay una gran distancia entre las pruebas realizadas en el laboratorio y el futuro del invento en el mercado. Lo harán tan pronto como sea posible", opina Paulus.

Una Propuesta innovadora


El ingeniero Wulf Glatz ha elaborado un nuevo proceso de fabricación de generadores termoeléctricos, que consiste en depositar el material termoeléctrico directamente en una hoja de plástico, que es diez veces más barato que los procesos clásicos. .

Como novedad, estos generadores son finos y ligeros y pueden así ser utilizados en superficies curvas. Desprovistos de piezas móviles, sólo precisan un escaso mantenimiento.

"La verdadera novedad de estos generadores es que son más finos, más ligeros, requieren de menos materiales y como consecuencia resultan más baratos. La condición del tamaño reducido es muy importante para, por ejemplo, la industria de los coches", comenta Glatz a swissinfo.ch. .

Además los TEG se prestan a la conversión a baja temperatura (inferior a 200° C), que como se explicó anteriormente, debería permitir en el futuro alimentar los aparatos como los teléfonos portátiles gracias solamente al calor corporal de sus usuarios. .

Aplicaciones en En casas y coches


Por ejemplo, estos generadores pueden ser instalados en las viviendas para producir la electricidad a partir del calor emitido por la calefacción central, o también en los coches para alimentar la electrónica de a bordo gracias a las emisiones térmicas de los motores. En el caso del automóvil, supondría un ahorro del 10% de combustible argumenta su creador. .

Glatz ha pedido la patente para los resultados de sus investigaciones y acaba de crear la empresa green TEG, con el objetivo de comercializar su tecnología de aquí a dos años. "Ya hemos mantenido contactos con la industria del automóvil y vamos a fabricar los primeros prototipos".Se podrían colocar en los escapes de los automóviles y en los blocks del motor, produciendo una economía de un 30% de combustible al obviar mucho del trabajo del alternador generando la energía eléctrica necesaria para los sistemas electrónicos de encendido, de luces, sistemas de asistencia, etc. . .

En cuanto a la instalación de estos generadores en los hogares, Paulus lo ve posible en un plazo de entre cinco y diez años. En su opinión es un campo muy abierto. Al calentar las casas siempre se pierde aire caliente. "El principal problema es el de cómo mejorar el coste actual, en lo que Glatz también ha pensado para conseguir una producción más barata".

Ingeniero, Presidente de FAPLEV, Consejero del Plan Estratégico, miembro del Foro P. P. del PUA, Ex –Asesor Honorario en la Legislatura, Vecino Solidario 2001.

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