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El monopatín volador de Volver al Futuro II

En 1989 se afirmó que los monopatines voladores de Regreso al futuro II eran reales e iban a ser comercializados como juguetes. Naturalmente esto nunca llegó a ocurrir, pero se asentó en el imaginario social de muchos niños que realmente esperaba su salida a la venta.


Se cree que fue una estrategia para relanzar la película, la cual obtuvo la más floja recaudación de las tres que componen la saga de Regreso al futuro.

Curiosidades de Charles Chaplin

En la época de Charles Chaplin, eran muy frecuentes los concursos de “parecidos” en los que los fans de determinados personajes famosos recibían un premio a la mejor imitación. Es muy comentada la anécdota que cuenta cómo Chaplin se presentó a un concurso de imitadores de sí mismo y no ganó.


Otro rumor cuenta que Chaplin invitó una vez a una fiesta a un grupo de cineastas exiliados españoles, entre los que se encontraba Buñuel. Era la típica cena burguesa navideña y eso irritó a la tropa de españoles surrealistas y de izquierdas, así que patearon los regalos y destrozaron el árbol de navidad. Meses más tarde, en pleno verano, los españoles recibieron con sorpresa otra invitación de Chaplin. Cuando llegaron, el actor les había preparado otro árbol y más regalos para destrozar, con la intención de satisfacer las aficiones revolucionarias de sus ilustres invitados.

Otra leyenda cuenta que cuando falleció, unos desaprensivos desenterraron el ataúd y lo ocultaron en un sembrado, pidiendo un rescate por el cadáver. Los malhechores fueron detenidos y el féretro devuelto a su lugar.

Se comió su propio zapato.

A finales de los 70, un reputadísimo director alemán llamado Werner Herzog, apostó con un compañero de dirección, el cineasta Errol Morris, que si acababa su último documental se comería un zapato delante de sus ojos. Werner apostaba sobre seguro; el documental, titulado "Puertas de Cielo", era un ejercicio rarísimo de cine de autor que traía por la calle de la amargura a su director.

Problemas de rodaje, de presupuesto e incluso creativos, hacían del desafío un valor seguro (para Werner). Pero Errol se armó de valor y paciencia y estrenó, al final, su ahora aclamado documental.

Herzog se tragó sus palabras y una bota cocida delante de las cámaras en el pequeño documental que sigue.


Werner Herzog Eats His Shoe

Documentary Films | Myspace Video

El cine más pequeño del mundo

Este cine ambulante, llamado Sol, es el cine más pequeño del mundo. Funciona con energía solar y posee capacidad para albergar a ocho personas adultas sentadas en él. Las películas se muestran en un proyector LED. Es una gran atracción turística a pesar de que entre película y película hay que hacer una larga cola...