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Una mujer de 22 años acudió al médico por una lesión en la zona plantar del pie izquierdo”. La “lesión” fascinó a los médicos ya que se trataba de un “pezón bien formado, rodeado de aureola y pelo”.
Al examinar al microscopio la formación, los doctores confirmaron que no estaban delirando sino que aquello era ciertamente un pezón: “El examen de la dermis mostró folículos capilares, glándulas ecrinas y glándulas sebáceas”. El tejido externo también se correspondía con el que recubre un pezón ortodoxamente ubicado: la pseudomana. Los dermatólogos que examinaron el pie de la mujer añadieron un expresivo: “Que sepamos es la primera vez que se localiza un pezón en un pie”.
Efectivamente, aunque el 5% de la gente sufre la condición de un tercer pezón desplazado de su sitio natural (las tetas), suelen estar por encima de la cintura.
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